Cuando visitamos las zonas montañosas de nuestra provincia, el clima puede hacernos pasar un mal momento e incluso según la época del año, poner en riesgo nuestra vida.
¿Qué es “El clima de montaña”?
El clima de la montaña se caracteriza por no tener un comportamiento ordenado y coherente como acostumbramos. Este se origina en zonas que superan los 1200mts de altura, y se lo conoce también como de alta montaña.
Es un clima diferenciado ya que varía según la zona donde se encuentre ubicado. Se caracteriza por unos inviernos fríos y largos con temperaturas negativas, y veranos frescos y cortos.
Según las estadísticas de cada 10 días que estemos en la montaña 1 de ellos hará mal tiempo. Por lo tanto debemos estar suficientemente preparados. Aquí dejamos unos prácticos consejos:
Consultar el pronóstico del tiempo. Utilizar una fuente fiable . Las predicciones a 24 horas tienen un acierto del 80%, a 2-3 días del 50% y aunque existen a 14 días, sólo reflejan un tendencia obtenida mediante cálculo informático y sin interpretación de un meteorólogo.
Tener una visión amplia. El peligro de no ver el peligro. El acúmulo de pequeños errores, ninguno por sí solo significativamente importante, puede conducir a una tragedia)
Hidratación y descanso. Llevar suficiente agua y comida, ropa adecuada que proporcione un buena aislamiento del frío y la lluvia. Disponer de un refugio adecuado, no esperar a que la situación se complique para encontrar un sitio adecuado donde refugiarnos.
Salir en grupo con mal tiempo: Las actividades en grupo con mala previsión climatológica suelen acabar mal. Los niveles de resistencia y técnica suelen ser muy dispares y la heterogenicidad de los grupos precisa de un guía titulado y en esas condiciones objetivos breves y sencillos. Evitar compañeros conflictivos, es mejor rechazar con amabilidad participar en una actividad de riesgo metiéndose en un lío innecesario y absurdo.
La lluvia. Puede generar muchos más problemas:
– Hace el terreno deslizante. ¡Ojo con el calzado!
— Cuidado con los canales y lechos de arroyos, pues pueden desencadenar trombas de agua, piedra y tierra.
– Mojarse y la consiguiente hipotermia. Recuerda que las chaquetas modernas sólo aguantan 3-5 horas de lluvia intensa. Utiliza un paraguas, cubrepantalón o pantalón chubasquero y calzado Gore-tex o con membrana similar.
El frío. En invierno en la montaña es recomendable llevar al menos 4 capas, todas superponibles fácilmente y que no limiten los movimientos. Llevar siempre impermeable y protección para el cuello y la cabeza. Recordar que las temperaturas varían en función de la altura y el viento. Si hay frío excesivo desciende (por cada 200 metros de desnivel un grado ) No subir por encima de los 1800 metros cuando pronostiquen olas de frío polar.
La niebla. Si es muy densa, salvo que el camino esté muy bien balizado o sea una pista muy evidente puede inducir a perderse. Importante recordar puntos característicos del recorrido, llevar un GPS y un mapa resistente al agua.
El viento. No se recomienda caminar por terrenos delicados (Ej: caminos escarpados) con vientos de más de 30 km/h. A partir de 60 Km/h la mayoría de las tiendas de campaña acaban en el suelo. El viento aumenta la sensación térmica de frío. Con vientos fuertes es recomendable quedarse en baja montaña realizando actividades tranquilas.
El rayo. Son poco frecuentes si nieva, sin embargo en verano las tormentas eléctricas son habituales en la montaña. 15 segundos del relámpago al trueno hacen pensar que estás demasiado cerca. Aléjate a zonas llanas, puntos elevados aislados, ríos y arroyos y cierra el paraguas.